Es de Freyre, se graduó en la UTN San Francisco y tiene su propia fábrica de cerveza que no para de crecer
Se llama Niclás Gilli. Sus conocimientos, sumados a su espíritu emprendedor, le permitieron dirigir, desde hace algunos años, su propia fábrica de cerveza en Freyre, que produce entre 12 y 15 mil litros mensuales
Nicolás
Gilli es ingeniero químico graduado de la Facultad Regional San Francisco: sus
conocimientos, sumados a su espíritu emprendedor, le permitieron dirigir, desde
hace algunos años, su propia fábrica de cerveza en Freyre, que produce entre 12
y 15 mil litros de cerveza mensuales.
El camino no fue lineal ni rápido, pero su perseverancia hizo que hoy el
emprendimiento crezca a gran escala hasta convertirse en una empresa reconocida
en dicha localidad y la región. El orgullo es mayor aún: en la firma trabaja
otro graduado y dos estudiantes de la casa de altos estudios de San Francisco.
Oriundo de Freyre, y habiendo cursado materias de la carrera de Farmacia, el
destino llevó a Gilli a estudiar ingeniería química en la Facultad allá por el
2008. Arrancó a estudiar sin conocer demasiado el alcance de la carrera pero sí
teniendo algunos conocimientos básicos del contenido académico. Y con el correr
del tiempo se entusiasmó más.
“Cuando llegaron las materias de los años más avanzados, la carrera me empezó a
gustar mucho más. Al principio no le veía sentido a muchas materias, pero
después con el emprendimiento prácticamente las terminé aplicando a todas”, reconoció.
El proyecto
Tras un paso por una empresa familiar, los comienzos de Gilli lo
encontraron en una industria láctea, como obrero en punta de línea. “Cuando me
estaban por ascender la empresa quebró y se fundió. Ese fue el puntapié para
buscar un emprendimiento. Y se me dio esto de empezar con la cerveza”, reveló.
Junto a un socio, Julio Bertotti, comenzaron tímidamente hasta que pudieron ir
profesionalizándose un poco más. “Mi socio, el que inició todo, no tenía
conocimientos técnicos, bromatológicos ni químicos. Se fue corrigiendo mucho
todo eso. Y yo empecé a hacer cursos y me empapé un poco más en el tema”, dijo.
Así fue como instalaron un pequeño bar en la misma fábrica. Embarrilaban la
cerveza y la servían en el galpón donde la fabricaban: “Cada vez había más
consumo, entonces empezamos a contratar a personas para que nos ayuden con la
producción”.
Gilli decidió, además, empezar un posgrado en la Universidad Nacional del
Litoral en la Facultad de Ingeniería Química: la especialización en elaboración
de cerveza y micro cervecería. “Nos ayudó a capitalizarnos. Fuimos adquiriendo
cada vez más equipamiento, todavía a una escala muy precaria, pero ya teníamos
control automático de temperatura y un par de cosas que no son muy comunes de
ver en cerveceros caseros”, expresó.
Así fue como se asociaron con dos personas más, Martín y Joaquín Galaverna, y
la cervercería pasó de ser un hobbie a un emprendimiento con otras dimensiones.
La primera inversión fue un bar más acabado: “A partir de la incorporación del
bar las ventas se dispararon y tuvimos que pensar a otra escala. Tuvimos una
reunión entre socios y nos dimos cuenta que debíamos hacer una planta nueva”.
Eso implicó hacer una planta de cero: “Todavía está en proceso. Era una cancha
de paddle a la cual la techaron y yo, con esas dimensiones, tuve que ajustar,
según mi criterio, las ordenanzas y las normativas que implicaba elaborar la
cerveza”.
“Tuve que aplicar muchísimo conocimiento que pensé que no lo iba a usar.
Apliqué de todo y aún estamos en proceso de expansión”, destacó.
Actualidad
Hoy la fábrica está dimensionada para producir mensualmente entre 12 mil y
15 mil litros de Cerveza Medalla: muchísimo más que los 200 litros que se
producían por mes en sus comienzos.
Actualmente de la firma participan cuatro socios: además de Gilli, Julio
Bertotti, que es el socio fundador, y Martín y Joaquín Galaverna. También formó
parte, tiempo atrás, Andrés Bianchiotti, graduado de Ingeniería en Sistemas de
UTN San Francisco.
Trabajan en la fábrica, además, Mauro Micheloud, también ingeniero químico
graduado de la Facultad Regional, y dos estudiantes de ingeniería química de la
casa de altos estudios, Agustín Baldo y Virginia Priotti.
Cabe mencionar que recientemente, a partir de un crédito para Pymes, pudieron
comprar una enlatadora, lo que les permitió incrementar la producción, de 80
botellas a 800 latas por hora, además de mejorar la calidad del envasado.
Algo que se sumará al proyecto en el corto plazo es un pasteurizador, el que
permitirá el almacenamiento de latas sin la necesidad de refrigeración. De esta
manera se alarga la vida útil del producto, se resuelven problemas logísticos y
se amplía considerablemente la zona de comercialización: “Vamos a tener una
planta tres veces más grande que la de hoy en día. La línea de enlatado,
pasteurizado y etiquetado estará totalmente separada de la parte de
producción”.
Pero además del proyecto de ampliación para empezar a pasteurizar, también
proyectan comenzar a elaborar gin en invierno, para lo cual ya cuentan con el destilador,
y a enlatar agua mineral y soda, aprovechando la nueva inversión en maquinaria.
“El título te da muchas herramientas”
Gilli destacó que en su camino como emprendedor tuvo mucho que ver el
conocimiento que pudo adquirir en sus años de formación como ingeniero, así
como las habilidades que le dio la carrera.
“Estoy súper agradecido, no sé qué hubiese pasado si no hubiese tenido estos
conocimientos. Cuando hice el primer curso de cervecería lo hice con personas
ajenas a la química, que no conocían, por ejemplo, lo que era el pH. Todos
estos conocimientos, que por ahí los tenés muy desperdigados en la cabeza,
cuando tenés un objetivo vienen, se juntan, los terminás aplicando y se nota
mucho la diferencia”, dijo.
Seguidamente amplió: “Ser profesional no implica saber todo sobre tu
especialidad. Alguna vez escuché que la carrera universitaria es la llave de
una gran biblioteca que te da acceso a un montón de libros, como profesional
tenés el conocimiento para elegirlo y entenderlo. Incluso si no entendés el
libro, estás capacitado para recurrir a alguien que si lo pueda hacer por vos.
Esa frase me quedó siempre en la cabeza y creo que es 100% cierta”.
Inscripciones abiertas
La UTN San
Francisco tiene abiertas las inscripciones al Seminario Universitario Intensivo
2023 de seis carreras de grado: Ingeniería Electromecánica, Ingeniería en
Sistemas en Información, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Química,
Licenciatura en Administración Rural y la Ingeniería Industrial, carrera que se
dicta en convenio con el Centro Regional de Estudios Superiores (CRES) San
Francisco.
El Seminario Universitario 2023, en su modalidad intensiva para Ingenierías y
Licenciatura en Administración Rural, comenzará el próximo lunes, 30 de enero
de 2023, y concluirá el viernes 24 de febrero. Las clases se dictarán de manera
presencial, de lunes a viernes en el horario de 17.30 a 22.30, en la UTN San
Francisco (Av. de la Universidad 501), excepto para quienes deseen comenzar
Ingeniería Industrial, cuyo Seminario se dictará en el CRES San Francisco
(Trigueros 151).
Las inscripciones se realizan vía online en el banner de la web www.sanfrancisco.utn.edu.ar.