Salvó su vida de milagro: el estremecedor relato de Melisa

25/02/2019 Actualidad

En una semana su vida cambió, debió mudarse y debe dejar asentado en la policía cada uno de sus pasos y por supuesto llevar las 24 hs su botón antipánico

A lo largo de un año y medio de relación con su ex pareja Melisa vivió repetidos episodios de violencia. Hace seis meses que estaban separados pero el 16 de febrero a la madrugada él se apareció en su casa y Melisa salvó su vida de milagro. Días después salió a contar su historia para pedir justicia.

Una semana después su ex pareja –que no es el padre de su hija- fue detenido por lesiones leves, robo y violación de domicilio. Melisa tuvo que dejar su casa en Colonia San Pedro y mudarse a Morteros. Su vida hizo un cambio inesperado, debe avisar a la policía cada uno de sus pasos y llevar las 24 hs. su botón antipánico

“Son momentos muy difíciles, me está costando cada vez más enfrentarme a esto y siento miedo porque mi vida cambió, ya no es la misma; hay un antes y un después y tengo que volver a empezar con otra realidad”, aseguró Melisa.

“Empecé una relación con una persona. Él había sido paciente mío y luego me lo presentaron compañeros de trabajo. Parecía el hombre perfecto, simpático, cariñoso y los primeros seis meses fueron como los de una pareja normal con sus altibajos, con algunas peleas, pero bien”, describió Melisa que es Licenciada en nutrición y lleva adelante un negocio relacionado con su profesión.

Melisa y su agresor estuvieron juntos un año y medio. El día del último ataque ya hacía seis meses que la relación había terminado definitivamente.

“Todo cambió cuando empezaron los ataques de celos y empecé a conocer a otra persona, era como un doble”, aseguró Melisa que tiene grabada a fuego algunas fechas: 5 de agosto de 2017, 17 de febrero de 2018 y 16 de febrero de 2019. Esos fueron algunos de los días donde supo lo que era el miedo y vio la muerte de cerca.

“La primera vez fue en mi consultorio porque vivía ahí, me ahorcó con el cable de la planchita del pelo de mi nena, y después a las horas vino a pedirme perdón llorando desesperado”, rememorò con dolor Melisa asegurando que “se calmaba y era otra persona”.

Lo mismo ocurrió el 17 de febrero de 2018, se habían peleado días antes y él fue a su casa a Colonia San Pedro a buscarla a la siesta. “Estuve dos horas encerrada y luego a la madrugada deambuló alrededor de la casa toda la noche, merodeaba y destruía todo”, describe.

“Ese sábado la policía lo encontró a las 10 de la mañana durmiendo en la hamaca paraguaya de mi casa pidiendo por favor que no lo detengan porque él tenía dos hijas”, agregó

Esta situación hizo en aquel momento que se le impusiera a su ex pareja un impedimento de contacto que cumplió correctamente.

“Supuestamente era otra persona, no tomaba más y había cambiado y lo intentamos tres o cuatro meses pero no funcionó porque en agosto del año pasado él volvió a caer en el alcohol, vicios de todo tipo, droga”, explicó Melisa. “Yo sentía que estaba con el diablo”, dijo.

Desde aquel mes de agosto hasta la última agresión, Melisa recibía constantemente llamadas que al principio contestaba pero que luego decidió cortar, bloqueando todo contacto a través de las redes sociales.

“Mi vida era de mi casa al trabajo y mientras estaba en mi casa estaba encerrada. Tenía miedo y no lo denunciaba por su familia y por sus hijas”, admitió Melisa que tomó a principio de febrero unas vacaciones fuera del país junto a su hija

“Me fui de viaje y pensé que se había calmado, pero mientras estaba de viaje tengo por ejemplo 15 llamadas en el mismo minuto, todas bloqueadas porque nunca entraban”.

 

El día del ataque

El día de ataque su ex pareja la había estado buscando desde temprano en su trabajo y se le apareció en dos lugares adonde había ido de compras. La observaba de lejos entre desafiante y burlón

“Esa noche salí con una amiga y él estaba en el bar, donde hizo lio antes de irse. Tipo 4.30 llego a mi casa en Colonia San Pedro, entro mi camioneta, bajo mis bolsos, mis perros me saludaron y cuando doy mi primera vuelta de llave lo tenía parado al costado como una sombra”, expresa conmovida

“Me decía hija de puta te voy a matar. Me sacó el celular y comenzó a ahorcarme, yo grité pero me tapó la boca, me caí y me seguía ahorcando y yo me defeco encima del miedo. Le rompí la remera, le agarré los genitales, le pegaba manotazos”, cuenta todavía conmocionada porque sintió que no salía con vida de esa situación. Ella es de contextura pequeña y su agresor supera los 100 kilos, es de contextura muy robusta, su estado de vulnerabilidad era total.

“Solo me acordaba de mi hija y nada más, creí que me iba a matar, pero en un momento llegó una camioneta por el camino y él se paraliza porque creo que no esperaba ver a nadie, y como pude salí corriendo, descalza y dejando todo tirado. Salí a los gritos diciendo que me mataba y la persona de la camioneta me ayudó y empezó a tocar bocina. Me llevó a la comisaria de Colonia San Pedro donde esta Mónica -la oficial a cargo-, pero no nos escuchó y seguimos hasta Morteros”, cuenta reviviendo el horror y los momentos más angustiantes de su vida.

“Llamamos al 101 y en seis minutos Mónica llegó a mi casa, vio todo tirado, un desastre y encontró a mis perros desesperados”, evocó.

Por momentos Melisa siente angustia y llora porque reconoce: “No sé cómo estoy viva porque si no aparecía esa camioneta estaba dispuesto y era consciente, él me mataba. Siento que él está entregado, no tiene nada que perder”.

 

Horas difíciles

Luego de sobrevivir al ataque Melisa fue a casa de una amiga se cambió y fue a la policía a hacer la denuncia “Estuve desde las 5 de la mañana en un estado calamitoso hasta las 10. Estaba descalza, desabrigada en un estado de shock, me miraban y me sacaban fotos porque tenía marcas y, recién el martes me llamaron de Fiscalía a declarar”, contó

Melisa que llamó al 144 y dejó asentado el caso.

El equipo de DIPAICO con sus profesionales tomó contacto con ella y comenzó un proceso de contención y acompañamiento.

“Cuando lo hice público la fiscalía tomó noción del caso”, enfatizó.

“Han caratulado la causa como violencia familiar pero esa no es la figura, esto es intento de femicidio y mis abogados van a pedir que se cambie”, manifestó Melisa en relación al caso

Para Melisa la justicia fue lenta en sus procesos ya que recién una semana después detuvo a su agresor, luego de que ella utilizara las redes sociales para contar lo ocurrido y ejercer presión.

“No es lindo que una relación íntima se haga pública pero era la única forma de tener respaldo y sentirme cuidada por la gente, por la fiscalía y por la policía que actuó al inicio de esta situación de manera desastrosa”, reconoció Melisa valorando no obstante la ayuda de la encargada del destacamento de San Pedro, Mónica Campos

Su enojo con la policía se sostiene también en que su ex pareja fue a devolver el celular que le robo porque un policía se lo pidió. “Mi ex pareja fue a devolver mi celular porque de la policía alguien le aviso a su hermano lo que había pasado. Le dijo “perro decile a tu hermano que cogoteo a la mujer que devuelva el celular porque lleva las de perder”, cuenta indignada

“Creo que cuando lo hice público la fiscalía tomó noción del caso y me tomó declaración a mí y a los testigos”, disparó

El agresor fue detenido el viernes siguiente a la agresión, se presentó a declarar y quedó detenido.

“Me dieron el botón antipático, porque toda esta semana me estuvieron analizando psicólogos, asistentes sociales, estuve con abogados, con profesionales de fiscalía, constantemente tuve que declarar”, cuenta Melisa mencionado que el miércoles la llevaron a las 17 hs a San Francisco a declarar y recién a las 23 regresó a Morteros

“Me llevaban en el patrullero como una prisionera. Ahora continuamente tengo que dar información de donde estoy, con quien estoy”, lamentó la joven

 

Volver a empezar

“Sé que estas personas se calman un tiempo y siento que corro el riesgo de que esta persona me vuelva a atacar porque siento que está obsesionado conmigo”, asegura Melisa que ha transitado un largo camino para entender que la relación que mantenía con su ex pareja era enfermiza.

“Tengo miedo porque mi vida cambió, no es la misma de antes. Hay un antes y un después y tengo que volver a empezar con otra realidad”, reconoce.

“Creo que pude llegar a esto por el apoyo psicológico que tuve, las terapias alternativas y el sentir ese viernes que me moría, que me mataba. Todo eso me hizo juntar el coraje que por un año y medio no pude tener”, dijo quebrada por el llanto

“Yo me había enamorado pero él tenía una obsesión conmigo, pero yo no quería que él terminara así”, aseguró entre sollozos sin poder entender: “Si ya no estábamos juntos porqué llegar a esto, qué necesidad de sentir tanto odio”.

“Mi vida cambió, yo vivía en Colonia San Pedro pero ahora me estoy mudando, me niego a irme de mi casa a dejar todo mi sacrificio, todo lo que trabajé para lograr tener mi casa. Me estoy mudando a escondidas, constantemente me están vigilando y mi vida ya no es la misma porque mi nena y yo tenemos miedo porque él está detenido pero no sabemos, es día a día”

 

Ayudar a otras mujeres

Melisa con su testimonio es hoy un estandarte y puede ayudar a otras mujeres ya no como víctima sino como una mujer empoderada.

“Creo que mi testimonio ayuda, hay que ser fuerte, ponerse una coraza y creo que pude ayudar porque muchas personas me han escrito, me han apoyado mujeres y hombres que se sienten identificados y siento que todo ese apoyo también me está dando fuerzas”, aseguró.

“Mi hija sabe bastante porque la última vez que lo vio le pidió que se vaya que me hacía mal. Ella también tiene miedo pero siento que ella va a aprender el día de mañana que no tiene que tener una relación enferma porque no tiene salida”

 

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Línea 144: información, asesoramiento y contención las 24 horas, todos los días. DIPAICO (03562) 403446/ 405184



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