El acto homenaje se llevó a cabo en el predio de Centro Social, donde se descubrió una placa recordatoria y se plantó un lapacho. “Era un tipo bueno, pero bueno de verdad”

Se cumplieron cinco años del fallecimiento de Marcelo Beltramo, quien fue una persona que dejó su huella imborrable por cada institución que pasó, una persona íntegra, de bien, con valores, querido por todos. El comité de la UCR, el club Centro Social y los “amigos de la vida” realizaron un acto homenaje en el predio de la institución rojinegra.

La ceremonia contó con la presencia de su esposa e hijas, sus padres y hermanos.

En la oportunidad dejaron unas sentidas palabras, su amigo Pablo Mainardi, Juan “Pelusa” Giaveno en representación de Centro Social y Mariela Tavano por la Unión Cívica Radical.

“Marcelo era una buena persona, y no lo decimos nosotros porque somos amigos, lo dicen personas del club rival, los que eran de otros partidos políticos, de otros clubes, de otras instituciones, y todos hablaban bien de él, no solamente porque era bueno, sino porque era espectacular, porque hizo mucho, porque tenia mucha capacidad de gestión, tenia valores, era honesto e iba siempre al frente, siempre con la palabra justa, siempre conciliando, la verdad que era un ejemplo a seguir”, aseguró Pablo Mainardi, destacando que “siempre lo vamos a recordar porque donde estuvo y en todos los lugares donde pasó dejó su huella”.

“Pelusa” Giaveno destacó a Marcelo como un joven que se brindó por entero a su club Centro Social, pasando por distintas subcomisiones, comisión directiva, el torneo Amistad y la fundación del Instituto educativo de Centro Social. “Estuvo en todos los lugares, era la persona que más conocía el club, siempre predispuesto a todo, con una sonrisa y con alegría”, remarcó.

En representación del Comité de la UCR, Tavano señaló que “este homenaje esta pensado fundamentalmente para sus hijas para que quede grabado en sus corazones, en su mente y su piel todo lo que fue su papá. Marcelo fue un tipo bueno, esas personas buenas de verdad. Sepan que tuvieron un papá maravilloso. Marcelo dejó en cada institución que participó huellas imborrables, llevando siempre como bandera el camino del respeto, la igualdad, de hacernos sentir a todos que erámos grandes cuando el que realmente era grande era él”, lo describió.

En el lugar se descubrió una placa recordatoria y se plantó un lapacho que a partir de ahora recordará cada momento transitado por Marcelo, en ese lugar que tanto quiso y por el cual tanto trabajó.

Además, se le entregó a su esposa, padres y hermanos un portaretrato con la imagen de Marcelo