Luego de recibir la estatuilla, Maria Teresa Pieroni agradeció por esta distinción pero consideró que “yo no soy la titular de esto, yo soy la primera suplente porque el ciudadano ilustre es Alfredo José Antonio Bria”

Muy conmovida, Mari hizo referencia a su familia que “es lo más grande que yo tengo”. “Esa hermana que me soporta, ese sobrino que es mi debilidad, esos sobrinos nietos que son la luz, ese Maxi que fue bien elegido y ese Pedro que es un solcito y el que me da fuerza. Y están los amigos, María Teresa, Carmen, Silvia, Fabi, Gaby y tengo una lista enorme y a todos los tengo en el corazón”, mencionó.

Luego le dedicó unas emotivas palabras a su abuela, a su mamá y a su papá. “Mi abuela era curandera, era analfabeta pero conocía todos los huesos del cuerpo humano y se fue a especializar a Buenos Aires, no curaba de palabra, te metía la mano y te acomodaba los huesos, esa era mi abuela Formento de Salatin que yo amaba; de mi mamá mamé la solidaridad, formaba parte de las damas del Hospital Morteros y la imagen que tengo es metros y metros de un lienzo con la que confeccionaba las batas y los pantalones de los enfermeros y médicos y hasta los calzoncillos de los que estaban en el hospital; y mi papá fue hojalatero y como tenía cine, una vez la concesión de la Sociedad y otra el Belgrano venía mucha gente a mi casa, mi viejo luchó mucho y fue perseguido políticamente y no por la dictadura porque era firme en sus convicciones, fue integrante de la banda, tocaba el clarinete, a su vez fue director y actor del cuadro filodramático de Tiro Federal, además tenía un pabellón, hizo de todo”.

Seguidamente Pieroni consideró que “la vida te presenta desafíos” y ante ello “te rendís o te lamentás o seguis adelante, no hay otra”.

También remarcó, “como otra de las lecciones que tenemos que aprender desde nuestra imperfección que no es el otro que tiene que cambiar sino es uno el que tiene que cambiar”.

Allí apuntó a los medios: “Es fácil remarcar la cosa mala, el chisme feo, pero hay cosas buenas y el problema es que las cosas buenas hay que salir a buscarlas porque están y las cosas buenas se esconden porque el humilde no las dice. Hay que comprometerse y todos los días decir al menos una cosa buena que hizo alguien, aunque sea sin nombrar y si tienen que inventarla invéntenla, porque nosotros los mayores necesitamos de cosas buenas”, resaltó

Por último, la nueva ciudadana ilustre sostuvo que “mi pasión sigue siendo la educación”. Y se preguntó: “Todo el mundo habla de educación pero hacemos algo en la práctica?”

“Gracias, estoy orgullosa, estoy feliz de Morteros, de mi amigo intendente, de mi familia, de mis amigas y de la vida.. Viva la vida, viva Dios. Los quiero mucho”, concluyó.