Porteña: se impuso el nombre “Jorge Juan Carlos Poggio” a la sala mayor del Museo Histórico Municipal
En emotivo acto, la Municipalidad impuso el nombre de “Jorge Juan Carlos Poggio” a la sala mayor del Museo, en reconocimiento a su ilustre personalidad dedicada a la cultura y en agradecimiento a su permanente aporte a la localidad
Jorge Juan Carlos Poggio fue un maravilloso ejemplo de lucha inclaudicable. Falleció el 14 de abril de 1994 dejando un legado de muchas obras pero la más importante su historia de vida.
Con la presencia del intendente Carlos Baigorria, la presidente del Concejo Deliberante, el presidente del Tribunal de Cuentas, familiares y amigos de Jorge, se descubrió una placa alusiva que dice: “Hijo dilecto de nuestra localidad. En reconocimiento a su trascendente trayectoria artística, motivo de orgullo para nuestra comunidad”
El intendente dejó unas palabras y destacó a Jorge Poggio como “una de las mentes más brillantes que ha tenido nuestra localidad, con una amplitud de esfuerzo, sacrificio y tenacidad en procura de la búsqueda constante de sus objetivos”.
Consideró un gran acierto poner su nombre en la sala mayor del Museo donde “está nuestra historia y donde configura el reconocimiento vivo en cada momento, no solo de quienes lo conocieron y compartieron sino también de quienes como nosotros podemos tomar su ejemplo y sus valores para saber que es posible alcanzar todo aquello que nos propongamos”.
“Jorge es merecedor de esto y mucho más”, resumió Baigorria, agradeciendo a los muchísimos vecinos que trasladaron al cuerpo legislativo el interés de imponer su nombre a la sala del Museo.
También se
dirigió a los presentes Marcelo Comandú, sobrino de Jorge, quien agradeció en
nombre de la familia por este homenaje. “Jorge era una persona muy creativa, un
gran artista como se puede ver en sus cuadros, toda su casa era un taller de
arte, me recuerdo jugando entre las pinturas, los acrílicos, las telas, las
arcillas, y también entre las plantas porque era un amante de la naturaleza.
También recuerdo las intervenciones en teatro, en los carnavales, las
escenificaciones para las Novena, innumerables actividades más allá de la
pintura y las artes visuales. Fue una persona muy especial, único, muy
singular, alegre y con una mirada muy crítica, muy comprometido con Porteña los
años que vivió acá. ”, describió Marcelo a su tío.