El informe fue elaborado desde la RAAC Porteña, con el objetivo de conocer el patrón de consumo de alcohol en los adolescentes y jóvenes de 12 a 25 años de la localidad

Con el objetivo de conocer el patrón de consumo de alcohol en los adolescentes y jóvenes de 12 a 25 años de la localidad, la RAAC Porteña inició en noviembre de 2022 un trabajo de investigación, recopilando datos, para determinar un diagnóstico de la situación para pensar medidas preventivas eficaces.

La semana pasada, el trabajo con los primeros resultados fue presentado a las distintas instituciones, aunque lamentablemente con muy poca participación.

“Siempre se piensa como drogas peligrosas la marihuana y la cocaína pero es el alcohol la primera droga que consumen los adolescentes y la puerta hacia las otras. Hoy, a nivel mundial hay un alto consumo y la edad de inicio es cada vez más baja (13 años), los padres no están vislumbrando la peligrosidad de esto, por eso queremos evaluar si en nuestro pueblo el patrón de consumo se acerca a esas estadísticas mundiales para empezar a pensar y generar medidas protectoras”, explicó la licenciada Maria Jesús Bianchotti, sobre el propósito del trabajo que tuvo la colaboración de los tres centros educativos de la localidad.

La profesional indicó que “hasta ahora contamos con 290 cuestionarios respondidos, gracias a la colaboración de las tres escuelas secundarias de nuestra comunidad, estimamos que podemos llegar a 400, porque faltan algunos cursos, pero nos queda la franja de 18 a 25 de la que aun no tenemos datos, ya que únicamente podemos medir a través de los clubes deportivos, por eso solicitamos indispensable y urgente su apoyo”.

Dando a conocer algunos datos, Bianchotti dijo que “hoy nos encontramos con 19% de abstenios, es decir jóvenes que no toman alcohol, 46% de consumidores de bajo riesgo lo que significa que toman dentro de la cantidad moderada, que son dos copas aproximadamente, y 35% de consumidores de alto riesgo, esto quiere decir que son chicos y chicas que toman más de 4-5 tragos en una noche, y que tienen altas probabilidades de desarrollar dependencia de la sustancia y pasar al consumo de otras sustancias”.

Para la licenciada, “es vital para nuestras pequeñas sociedades de la región que empecemos a formar y trabajar en red”.

En este sentido consideró que “los adultos de las familias y referentes de instituciones nos debemos comprometer y responsabilizar porque, a la larga, afecta la seguridad, el bienestar y la salud de todos nosotros”.

“No podemos esperar a que la adicción se instale, debemos intervenir mucho antes de ello”, concluyó.